miércoles, 9 de enero de 2013

Ciudad sin estrellas. Premio Minotauro 2011

"Ziénaga es un lugar perfecto y seguro. Aislada, protegida y autoabastecida, la ciudad brinda a sus habitantes todo tipo de comodidades y placeres. Es un paraíso de cemento y neón, bajoun cielo invariablemente gris durante el día y anaranjado por la noche.Pero en los foros de los cazadores de antigüedades se habla de otro mundo fuera de los muros de la ciudad. Un mundo muy diferente al de las versiones oficiales, según las cuales un desierto inhóspito rodea las escasas zonas habitables del planeta. Sin embargo, las autoridades estatales se apresuran a sofocar estos rumores y los llamados «misticoides» son considerados rebeldes y castigados por el sistema.Un atardecer, a la hora entreluz, mientras se dirige con sus amigos al burdel de lujo más afamado de la metrópoli, Perseo Stone tomará una decisión. Espoleado por el recuerdo de su madre, condenada por ser una rebelde, decidirá desafiar el sistema para averiguar que hay más allá de los límites de la ciudad. Para ello llevará a cabo un plan insólito que hará tambalear todo su mundo."

Un libro interesante, ameno y de escritura impecable

No soy muy aficionado a leer novelas premiadas, pero esta vez creo que el Premio Minotauro 2011, para novelas de ciencia ficción y literatura fantástica, fue concedido con acierto y justicia al libro Ciudad sin estrellas, de Montse de Paz. Me ha gustado por varias razones:
Primera, porque la novela está escrita de manera impecable, con claridad, mucho diálogo y una caracterización de los personajes (Perseo, Zack, Amanda, Jason, Jack Stone…) plasmada con pinceladas precisas, lo que facilita la lectura.
Segunda, por una interesante trama, ambientada en un mundo futuro, tecnológico y hedonista, constituido por zonas B o biozonas, espacios cerrados en que se convierte el planeta luego de una hecatombe nuclear. Perseo, el protagonista de la historia, que habita en una de las zonas B, llamada Ziénaga, llevado por su inconformismo busca otro mundo superviviente más allá de los límites de Ziénaga del que le habló su madre, y donde está prohibido acceder.
Tercera, porque nos describe un mundo tan creíble, luego de la catástrofe de Chernóbil, que parece que nos espera a la vuelta de la esquina.
He disfrutado mucho de una lectura fácil y placentera. Un libro que recomiendo sin reservas.
Si deseas leerlo, puedes encontralo en este enlace 

Manuel Navarro Seva
Madrid, 8 de enero de 2013

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