sábado, 4 de octubre de 2014

Manu (V). Un cambio importante

Hace tiempo que no hablo de Manu, desde febrero de 2014. Ahora quiero, necesito hacerlo, porque algo importante ha sucedido, algo que hará cambiar su vida y la nuestra. El 2 de octubre ingresó en una residencia para personas con discapacidad. Una residencia con centro de día. Sé que estará bien, pero siempre hay muchas incógnitas.

Unos días antes se lo dijimos a él.
—Manu, te han concedido una plaza de residencia.
—Tendré que dejar la vivienda, ¿no?
—Claro, tienes que marcharte.
—Y el taller ocupacional, ¿verdad?
—También.
—Vale.
—Estarás bien. Ya lo verás, tienen gimnasio, piscina…, y vais a salir con frecuencia.
—Vale.

Manu se adapta bien a los cambios. No siempre expresa claramente lo que siente, salvo cuando no comprende el porqué de algunas cosas, entonces pone esa cara de enfado y contrariedad.
Hace casi catorce años, tenía 26, que dejó de vivir en nuestra casa y se independizó, fue a una vivienda tutelada —cuánto nos costó decidirlo—. En ella ha desarrollado capacidades que quizás no hubiera conseguido bajo nuestra continua tutela y protección. Ha mejorado su autonomía y ha aprendido a convivir con otros ocho chicos y chicas que componen el hogar que deja. Con nosotros ha mantenido el contacto diario por teléfono y ha vuelto a casa los fines de semana y en vacaciones. Estaba bien allí.

Estos días pasados han sido difíciles para nosotros y quizás para él. Nos preguntábamos cómo estará en su nueva casa, cómo soportará dejar la antigua y muchos otros detalles. El día 1 fuimos a recogerlo a la vivienda tutelada. Lo encontramos jugando a las damas con el educador. Recogimos lo que quedaba en su habitación y nos despedimos. Él no lloró. Ni yo, aunque tuve ganas. Su madre, sus compañeras y alguno de sus compañeros no dejaron de limpiarse las lágrimas que no podían contener. Ese día durmió en nuestra casa y al día siguiente lo dejamos en la residencia. Me pareció que estaba serio. O quizás no, pero estaba callado.
—Manu, ¿te pasa algo?
—No, papá. 




Madrid, 4 de septiembre de 2014


©Manuel Navarro Seva

No hay comentarios: